Reunificación


Cuando era niña creí que conocí el amor. Me creé una imagen del amor romántico, del amor que me habían enseñado desde niña que era la única forma de amar y amé con el mismo amor que me di cuenta que no existía en realidad. Me di cuenta que las personas no están ahí para ser propiedad tuya. A veces duele, sí, duele ser consciente de la individualidad del otro, que está en todo su derecho y que puede pasar que ya no te ame, que quiera a otra u otro, y que eso solo le hace más humano. 
Pensé un día que el amor era un lugar donde nos tomamos las manos, nos subimos los dos a un carro y vamos los dos juntos donde sea que el carro nos lleve hasta el fin de los días, porque separarnos era que ya no nos amábamos, querer bajarnos del carro y tener un camino diferente significaría que no queremos renunciar a nuestra libertad y entonces ya no es amor.
Pero hoy me doy cuenta que nada de eso es amor, que eso no es más que mera posesión, que amar es todo lo contrario, que el amor es el camino más difícil: es amar al otro incluso con su libertad. Así que ya no nos montamos a un carro y vamos juntos hasta donde nos lleve, no, sino que nos tomamos las manos (si es que podemos) y caminamos, a veces podemos soltarnos para separarnos un poco, caminar separados un tiempo no es malo, si implica nuestro sueño y nuestro deseo, porque somos seres humanos y nos confundimos, nos aburrimos, buscamos aventuras nuevas y no podemos pedirle a la persona que renuncie a sus metas por ti, nada de eso implica dejar de amar porque el amor no es egoísta, el amor solo ama. Amar a otro significa ser feliz si esa persona es feliz y si su felicidad no está a tu lado, vale, le deseas lo mejor, le das un beso y que se vaya. Eso sí es amor, es un amor sano y libre. 
Por eso hoy, quiero agradecerle de manera anónima al chico que me enseñó a ver esto en la naturalidad de su cultura, porque lo que para él era natural y obvio para mí no lo era. 
También aprendí que el tiempo en el amor no mide intensidades. Que el amor no vive durante 6 meses o 1 año y luego se acaba y viene la calma, que el amor no nace después de 8 meses. Que el amor no tiene tiempo. Uno se puede enamorar en 5 días y el amor puede durar toda la vida, o quizás solo unas horas. Solo sabremos si fue amor cuando haya pasado el tiempo y dentro de nuestra propia libertad podamos decidir soltar, sonreír, pensar y agradecer por regalarnos unos de los mejores momentos de nuestra vida. Porque el amor que duele no es amor, el amor de verdad es el que nos hizo feliz, el que nos llevó a un lugar que parecía el paraíso (o quizás sí lo era) y no importa qué tan efímero fue o si fue eterno, lo que importa, lo que sabemos es cuando estamos ahí despidiéndonos y somos conscientes de su intensidad, de qué tanto puedo despertar nuestros sentidos. 
Un día llegué a pensar que después de la tormenta lúgubre que conocí por amor, la única forma de amor que conocería después sería una calma, un amor racional, aburrido. Pero no, esto es más bien un remolino de felicidad, que me inunda, tan increíble que ni yo puedo creerlo o describirlo. 
El amor que he vivido ha sido tan diferente, tan feliz, tan largo, tan corto, tan saludable. 
Llegado el momento de decir adiós, por una de cualquiera de esas variables tan humanas que nos separan de la persona que alguna vez amamos. Después de no haber hecho planes y saber que no podré hacerlos porque, de eso se trata, de amarte en libertad, de amarte libre, no de apresarte y subirte en mi carro; intento que el momento triste de la despedida no lo sea más, no llorar porque jamás nos volveremos a ver, no llorar porque te pierdo y no eres mío. Sino que la verdad es que nunca lo fuiste y solo quiero llorar de alegría porque fui tan feliz como nunca pensé serlo antes, porque sin ti no hubiera descubierto la verdad del amor y quiero ser feliz disfrutando lo que ahora entiendo y lo que ahora sé.
No viviré de tu recuerdo, porque también debo seguir mi camino, pero jamás podré olvidarte y jamás podré recuperar a la chica que era antes de conocerte. 
Contigo aprendí que no necesitas decir te amo para amar, que no necesitas decir que necesitas al otro en tu vida, que no necesitas decir nada, que el amor se ve en los ojos. Basta mirar los ojos y puedes sentir lo que el otro quiere decir, las palabras sobran, siempre han sobrado, así como sobran después de un orgasmo, sobran cuando me miras con esa intensidad, sobran cuando despiertas a media noche para besarme la frente. 
Nunca necesitamos decirnos, nunca necesitamos las palabras, ver la televisión juntos después de cenar, eso era amor. 

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Finales felices? espero que esta vez sea para siempre. :)