Metamorfosis completa.




Cuando comienza el amor, es así: como una rosa; frágil, hermosa, olorosa, delicada, transmisora de paz... y está llena de cosas buenas. Al igual que como ocurre con las flores: hay que tirar una semilla de amor para que este nazca y crezca, luego, hay que regar la semilla y cambiarle tierra para que siga creciendo fuerte. Hermosa, ¿no?

Muchos dicen: al igual que las flores, también, si se dejan de regar, se mueren, el amor si uno deja de cuidarlo se muere... Quizás hay casos así, casos en que la flor de poco en poco se va marchitando, perdiendo color, perdiendo fuerzas... y termina muriendo. En mi caso, la flor de convierte en un cactus:



Sí, en un cactus. De esos que duelen. De esos que no mueren. De esos de espinas gruesas y feas. De esos que uno no puede arrancar sin sacarse los dedos... y ya al no tener dedos, no podemos arrancarlo. De esos que no hay forma de sacar. De esos que siempre están ahí, pase lo que pase. Un cactus fuerte y duro, sí, en eso termina convirtiéndose la flor que había en nuestro corazón: en algo que no podemos sacar, en algo que se mantiene allí pase lo que pase, en algo que nos lastima y estamos impotente ante él. Luego nos preguntamos: ¿Cómo algo que me hizo tan feliz me puede destruir tanto? ¿Cuándo fue que se le escaparon los colores a mi mundo? ¿Cómo es que la flor delicada y hermosa pasó a ser algo grueso y tosco? ¿Cuándo? ¿Dónde estaba yo que permití que esto ocurriera?... tantas preguntas sin respuesta... tantas dudas... tantos pensamientos... tantas ideas... tanto de todo y me falta lo único que necesito: tú.


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Finales felices? espero que esta vez sea para siempre. :)